lunes, 7 de octubre de 2013

No estás deprimido... estás distraído.


No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla. Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos… No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por...
un ser humano, cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones. Además, no es tan malo vivir sólo. Yo lo paso bien diciendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene 70 años olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopen a los 90. Sólo por citar dos cosas conocidas.


No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible porque te fue dado. No hiciste ni un sólo  pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la Vida no te quita cosas, te libera de cosas, te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamamos problema, son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte, hay mudanza y del otro lado te espera gente maravillosa: Ghandi, Miguel Ángel, S. Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre que creía que la pobreza está más cerca del amor porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar porque lo que debe sr será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor, entonces habrá plenitud y en esa plenitud, todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija. La que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaron tres o cuatro meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte feliz y libre. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda, amarás al prójimo como a ti mismo. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que está viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber, porque si no eres feliz estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir mandó matar a seis mil millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de Lamperusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares, los ríos, el fútbol de los brasileños, la mil y una noches, la divina comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero, las poesías de Bilmand, las pinturas de Caravaccio, Rembrand, Velazquez,  Picasso y Tamayo entre otras maravillas. Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si e gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas…) y si le ganas, serás más humilde, más agradecido. Por lo tanto fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y a los jóvenes, te ayudarán cuando lo seas además el servicio es una felicidad segura como cuidar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.

Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado, más aún, hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, verdad? Si Dios tuviera un refrigerador, tendría una foto pegada en él, si él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella. El te manda flores cada primavera. El te manda un amanecer cada mañana. Cada vez que tú quieras hablar El te escucha. El puede vivir en cualquier parte del Universo, pero El escogió tu corazón. Enfréntalo, amigo, El está loco por ti. Cuando la vida presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las que sonreír.


Facundo Cabral

2 comentarios:

  1. ...gracias Anita..he terminado el texto ...c la piel de gallina..c un campaneo continuo a la alltura del esternon..y por fin me di cuenta q tenia q respirar..gracias por compartir conmigo estos sacudones...un abrazoapretadu...daniel

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