
Los síntomas más frecuentes suelen ser: cefáleas pulsátiles en un lado de la cabeza (tan fuertes que las describen así "como si te taladraran y entrara un clavo"), naúseas, vómitos, sensibilidad extrema a la luz, al ruido, mareos, falta de equilibrio, hormigueo en los oídos, etc...
En cuanto a las causas más habituales tienen que ver con disfunción hepática, tensión muscular, alimentación, pobre actividad física, y estrés.
El tratamiento habitual con