El Yoga a demás de
cuidar nuestra mente y hacernos más fuertes internamente, cuida también muy
bien de nuestro cuerpo en general y sobre todo cuida de nuestra espalda. Es el
eje central sobre el que estructuramos nuestra práctica, manteniendo siempre la
atención para que
todos los movimientos vayan en armonía con ella, cuidándola y protegiéndola frente a cualquier daño.
todos los movimientos vayan en armonía con ella, cuidándola y protegiéndola frente a cualquier daño.
Si no tienes
problemas de espalda y no te duele habitualmente, la práctica de Yoga hará que
se vuelva más fuerte y flexible, para que esté en plena forma y acompañe todos
tus movimientos del día a día con soltura. Si por el contrario sufres dolor, ya
sea puntualmente o no, el Yoga contribuirá a liberar tensiones musculares, a
liberar posibles pinzamientos y a que la vayas sintiendo más suelta y cómoda.
En el caso de que
tengas algún problema en la columna vertebral, deberás avisar siempre al
profesor/a para que lo tenga en cuenta y así adaptar tu práctica de forma que
no te perjudique. Aunque siempre, y según la dolencia que tengas, deberás
acudir a profesional médico o fisioterapeuta, para que te haga un diagnóstico y
así trabajar en colaboración con el tratamiento prescrito.
No obstante, muchas
veces nuestros dolores de espalda, son musculares por tensión acumulada, malas
posturas, esfuerzos mantenidos o también por causas emocionales. Y en estos
casos, las asanas son de gran ayuda ya que liberarán tu espalda de tensiones,
corregirán vicios posturales y te llevarán a estados de profunda relajación y paz
interior que restablecerá un equilibrio en tu vida emocional y tu ritmo vital.
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