Los yoguis de la
India dicen que aquí en occidente no sabemos lo que es el Yoga, que lo que
hacemos no es Yoga, que el Yoga es otra cosa. Dicen que el Yoga es unión, concentración, síntesis.
Y si embargo lo que hacemos aquí tiende más a la
dispersión, a la colección de ejercicios gimnásticos, a la híper excitación, más que al Yoga. Dicen que hacemos todo de modo “hiper”: hiper gimnástico, hiper dinámico, hiper acrobático, hiper técnico, hiper ego, hiper vanidad… hiper todo. Y eso ellos no lo conciben como Yoga.
dispersión, a la colección de ejercicios gimnásticos, a la híper excitación, más que al Yoga. Dicen que hacemos todo de modo “hiper”: hiper gimnástico, hiper dinámico, hiper acrobático, hiper técnico, hiper ego, hiper vanidad… hiper todo. Y eso ellos no lo conciben como Yoga.
El yoga es una
práctica consciente, íntima, interna, que te lleva a conectar con lo Real de ti
mismo, con lo que Eres. Y para ello hay
que despertar estados de profunda paz interior, silencio interno, una
respiración equilibrada y tranquila, un estado de calma, de introspección y una
actitud de entrega. EL Yoga ellos lo conciben como el Ashtanga Yoga, los ocho brazos del Yoga de Patanjali que empiezan
desde “leyes” de convivencia y coherencia interna (autodisciplina) Yama y Niyama, el Pranayama (movimiento y expansión de la energía por
medio de diferentes técnicas de respiración consciente), pasando por el control
de los sentidos (Pratiahara), las posturas
(asanas) como equilibrio energético,
la concentración (Dharana), la
meditación (Dhyana) y la transcendencia
(Samadhi).
Toda una serie de aspectos
que en muchos lugares donde se imparte Yoga no se tienen en cuenta y dan
preferencia a estirar, estirar y estirar… y a ver quien “aguanta más”, quien tiene el cuerpo más atlético, más ágil,
más vigoroso, quien angula mejor la asana y quien la hace más bonita para la
foto en su facebook.
En fin, vamos
perdiendo el centro. Si seguimos así, nos estamos dejando arrastrar por una mentalidad
que al final no cambia nada, es más de lo mismo, y el Yoga realmente lo cambia
todo. El Yoga no es más de lo mismo, es otra historia, es otra forma de vivir,
de percepción de las cosas, de percepción de uno mismo.
Por lo tanto, yo
animo a que seamos coherentes, a que respetemos las enseñanzas originales, no
de “guay”, de diferente, sino de origen, de madre, de esencia y seamos Uno con
el Yoga.
Hay quien opina que
lo importante es hacerlo de corazón, sea lo que sea que se haga. Y estoy de
acuerdo con ello. La clave es saber qué es hacer las cosas de corazón. Y para
esto apunto esta cita del Budha que lo expresa a la perfección:
Reside en el
Corazón
Y olvídate de la
cabeza.
Desciende al Centro
de tu Ser
Puesto que la
cabeza sólo es la periferia.
Si eres capaz de
que tus prácticas, sean como sean, se vivan desde el Centro de tu Ser… estás
haciendo Yoga. Para llegar ahí, hay que liberar muchas cosas, mucha tensión física, mucha “hiper-tonía,”
pero sobre todo mucho control mental y ser capaz de llevar tus prácticas desde
una actitud consciente de total y absoluta entrega
al Yoga.
Las asanas no son
el Yoga, son uno de sus brazos, y en cualquier caso, obran por sí mismas. No las
controlamos. Simplemente las construímos (con firmeza y comodidad) y las
respiramos. Y después nos entregamos a ellas, a la respiración, al control externo
de los sentidos, a la concentración, la meditación y trascendemos en ellas.
Eso es una práctica
de Yoga.
Habrá muchxs que
discrepen conmigo. Seguramente. Pues simplemente queda respirar… crear paz interior…
entregarte al silencio… y unirte al Centro de tu Ser.
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